
Dirección Fernando Meirelles
Intérpretes Ralph Fiennes (Justin Quayle) Rachel Weisz (Tessa Quayle) Danny Huston (Sandy Woodrow) Bill Nighy (Sir Bernard Pellegrin) Pete Postlethwaite (Lorbeer)
Guión Jeffrey Caine
Fotografía César Charlone
Música Alberto Iglesias
Montaje Claire Simpson
Fernando Meirelles sorprendió gratamente con su anterior largometraje titulado «Ciudad de Dios«. Ahora lleva a la gran pantalla el best-seller de John Le Carré del mismo título.
No he leído el libro, luego no puedo juzgar la adaptación. En cuanto a la película, que es lo que nos ocupa, decir que es muy buena y de obligado visionado. En algunas escenas la película entra en el territorio del documental, con la cámara oscilando y vibrando, pero sin llegar a marear ( no como en Roseta) adoptando ahí una postura «dogma» en su carencia de formalismos, adentrándose en el meollo de esas ciudades, en este caso de Kenia, formadas por infinidad de casas, hechas de barro, de una sola planta, pegadas unas a otras, sobre caminos de tierra sin asfaltar en los que se acumulan desperdicios de toda clase, por los que corren riachuelos de aguas contaminadas. Sería interesante saber como el director ha conseguido introducir la cámara y rodar esas escenas en esos poblados, en dónde no se ve un blanco en kilómetros a la redonda y donde parece que los lugareños no sepan que están siendo filmados.
La película es una denuncia explícita hacia las malas artes y falta de ética en esas grandes corporaciones farmacéuticas, que lanzan al mercado antibióticos que combaten el SIDA, la tuberculosis, a unos precios inalcanzables, aprovechándose de la sangrante situación de África, para hacer que sus acciones coticen al alza en las bolsas de valores más importantes a nivel mundial, comerciando con la salud y la vida de la gente, como si se tratase de un bien más. Se obvia al ser humano en los tejemanejes que los poderosos se traen entre manos. Se ignora, no a uno ni a dos, si no a todo un continente, África, ante la indeferencia y pasotismo de las grandes potencias; sea EEUU, Japón, Europa, El G8, etc. Solo algunas personas vinculadas a organizaciones no gubernamentales, consiguen gracias a internet y a las webcam comunicarse entre ellos, haciendo a los demás partícipes de sus descubrimientos en relación a las actuaciones ilícitas de estas corporaciones. Veremos como en un momento dado, cuesta poco silenciarlos, merced a la intimidación.
El protagonismo recae en Tessa ( Rachel Weisz), una mujer que lucha denodadamente contra un enemigo demasiado peligroso. Está casada con Justin ( Ralph Fiennes), un diplomático apamplado y enamorado de las plantas. Ralph Fiennes está muy bien en sus dos facetas; al principio como un ser corriente, un poco amilanado, apasionado de las flores y después como un hombre de acción e intrépido. Rachel Weisz ( obtuvo el Oscar en el 2006 como mejor actriz de reparto) está estupenda encarnando una mujer luchadora, idealista, capaz de sonrojar a quien sea con sus declaraciones, de ir con la verdad por delante aunque su vida peligre. Y a la vez, le imprime una fragilidad y ternura que hace su papel aún más atractivo. Ama tanto a su marido que la única manera de salvarlo es tenerlo al margen de todo, y eso implica alejarlo de su trabajo, que a la postre, Tessa dixit es su vida.
La fotografía a cargo de Cesar Charlone es una delicia y en algunos momentos recuerda a Traffic, en esos planos de una blancura cegadora. Los paijes que se avistan desde la avioneta son de una belleza erizante, una explosión de colores, propios de un documental de National Geographic, localizados en tierras de Kenia y Sudán. Pareciera un terreno ignoto, virgen, en el cual el hombre no hubiese puesto aún la mano ( ni las constructoras el ojo, ni las inmobiliarias sus oficinas ). Un espejismo, pues de paraíso tiene poco. La situación que se plantea no es nada halagüeña. Es como si nos preguntamos. ¿Les ayudamos?. Para qué, si van a morir de todos modos. Esa parece que es la respuesta del “primer mundo” frente al continente africano.
El jardinero fíel IMDB | Web oficial
[…] Me recuerda a Un ensayo sobre la ceguera del escritor Saramago (va a ser llevado al cine por Fernando Meirelles, director de las magníficas Ciudad de dios y El jardinero fiel) en donde también planteaba una situación similar. ¿qué pasaría si de repente fuéramos todos ciegos?. Las reacciones de la gente son similares a la de la película. Los seres humamos reaccionamos parecido cuando dejamos de ser “civilizados” y aflora nuestro estado más salvaje y primitivo. […]
[…] La acabo de ver ahora, y solo les pido que la vean. Merece la pena. Es sin lugar a dudas una de las mejores películas de todos los tiempos, y no exagero. Cuesta ver en el cine una película que no es reiteración, que parece que surge de la nada. Una película mágica. Meirelles, su director, con su última película ” El jardinero fiel” ha hecho otra buena película, pero Ciudad de Dios, solo hay una. […]
[…] A pesar de que como ya intuíamos Obaba no ha sido nominada como Mejor Película de Habla no Inglesa, estamos de enhorabuena porque Alberto Iglesias sí lo está en el apartado de Banda Sonora por su estupendo trabajo en El Jardinero Fiel, donde se las verá con otro latino, Gustavo Santaolalla y otro europeo, Darío Marianelli y con el peso pesado de John Williams por partida doble. ¡¡Qué miedo!! […]
[…] El Jardinero Fiel, de Fernando Meirelles (que hiciera anteriormente Ciudad de Dios), parte como favorita al encabezar las candidaturas, exactamente 10. Y una de esas candidaturas es para la banda sonora, realizada por un español, Alberto Iglesias, así que toda la suerte para él. […]
[…] Otras como Flores Rotas y Una historia de violencia (Vigo Morttensen va engrosando su currículo de buenas películas) también agradaron a crítica y público. Lo mismo ocurrió con Match Point ( Scarlett está que no para) El aviador, El mercader de venecia ( el mejor Al Pacino) El Jardinero Fiel, es una de mis preferidas. Mirelles, hizo un peliculón con Ciudad de Dios, y con El jardinero Fiel hizo otro, con una historia y un estilo de rodar peculiar que engancha. […]