Dirección: Louis Leterrier.
Países: Francia, USA, Reino Unido y China.
Año: 2005.
Duración: 103 min.
Género: Acción, drama.
Interpretación: Jet Li (Danny), Morgan Freeman (Sam), Bob Hoskins (Bart), Kerry Condon (Victoria), Michael Jenn (Wyeth), Vincent Regan (Raffles), Dylan Brown (Lefty), Tamer Hassan (Georgie), Carole Ann Wilson (Maddy), Jaclyn Tze Wey (Madre de Danny).
Guión: Luc Besson.
Producción: Luc Besson, Jet Li y Steve Chasman.
Música: Massive Attack.
Fotografía: Pierre Morel.
Montaje: Nicolas Trembasiewicz.
Diseño de producción: Jacques Bufnoir.
Vestuario: Olivier Beriot.
Si Gregorio Sansa se transformaba en un insecto, del mismo modo un hombre puede transformarse en un perro, borrando en él cualquier rasgo humano. Puede ser, pero en este caso, el perro humano, Jet Li, lo es a la fuerza, al haber olvidado su pasado y vivir bajo el manto protector de Bart, un tipo despreciable donde los haya.
Bart es un mafioso de tres al cuarto, que usa de modo eficaz los recursos de su pupilo, una maquina de matar, con el que consigue pingües beneficios, lanzando a Danny contra sus enemigos como si de un perro de presa se tratara.
Por azar Danny va a parar a un local repleto de pianos y allí conoce a Sam ( Morgan Freeman), un ciego afinador de pianos de buen corazón.
La indefinición de la película es manifiesta cuando esta se adentra en el mundo de la comedia o de la sociología ( si en Greystoke veíamos a Lambert como un hombre convertido en mono que ha de volver a la civilización, en este caso vemos la evolución de Danny, que al conocer a Sam y a su ahijada Victoria, va tomando consciencia de su humanidad.
Cada cual debe hacer aquello que se le da bien, y Jet Li es un fenómeno dando patadas y haciendo acrobacias, pero si queremos una película seria, con un trasfondo humano es mejor recurrir a otro.
Por ello lo mejor viene cuando Danny se dedica a repartir, en unas escenas de lucha bastante macarras, ya se ve que Luc Bessón está detrás del asunto, en donde no se corta a la hora de mostrar violencia explícita.
La transformación de perro en hombre que sufre Danny creo que como planteamiento está bien si la película hubiese ido por otros derroteros, pero en manos de Louis Leterrier y con Jet Li, resulta irrisorio. La película solo entretiene y es pasable cuando se mueve en el terreno de la acción pura y dura.
Morgan Freeman por lo demás y como siempre apuntar que está fenomenal. Este tío es capaz de sacar agua de un bloque de cemento.
Destaca también Bob Hoskins encarnando a un tipo despreciable (Bart)
Danny the dog IMDB | Web oficial
[…] Dirección Prachya Pinkaew Intérpretes Tony Jaa (Kham) Petchtai Wongkamlao “Mom Jokmok” (Mark) Charlie Yeung (Ho Yee) Xing Jing (Madam Rose) Johny Nguyen (Johny) Guión Kongdej Jaturanrasamee Prachya Pinkaew Fotografía Nathawut Kittikun Música Zomkiat Ariyachaipanich Montaje Marut seelacharden Tony Jaa es capaz de rizar el rizo en las escenas de acción que acomete. Si en su anterior trabajo, Ong- Bak, Tony Jaa (que vuelve a trabajar bajo las órdenes de Prachya Pinkaew)debía dejar su pequeña aldea e ir en busqueda de un busto de Buda que les habían sustraido, en esta ocasión, deja su pueblo y se va nada menos que a Sidney ( Australia), dado que unos maleantes les roban a él y a su padre un par de elefantes ( animal que Tailandia es un símbolo muy apreciado). Tony Jaa deja claro que hoy por hoy es el Rey de las artes marciales, (en el recuerdo queda el soso de Van Dame y el acartonado Steven Seagal y a la vista de que Jet Li le da por hacer películas con trasfondo, como Danny the dog) y el con unas coreografías de gran estilismo que dejan con la boca abierta. La escena en la que ha de lidiar con diferentes personas, unos montados en moto, otros en bicletas, otros sobre patines e incluso sobre quad es un derroche de adrenalina, donde Jaa es capaz de llevar a cabo las más inverosímiles volteretas. Como hacía Van Dame en sus películas, Jaa se rodea de luchadores de prestigio como Johnny Nguyen, Nathan Jones ( luchador de la WWA) y Jin-Xing los cuales le dan una buena somanta de palos al bueno de Jaa. La trama es lo de menos, solo un pretexto para el lucimiento de Jaa, que acomete escenas del tirón, como la que lleva a cabo en un edificio de cuatro plantas en el que va quitándose del medio a todo aquel que se cruza en su camino. La última media hora es de traca, es demasiado, por momentos en lugar de una película, pareciera que estuviéramos jugando a un videojuego, en una de las escenas despecha a más de cincuenta tipos que se le van presentando de uno en uno. Ahí ya cargo un poco porque es todo el rato más de lo mismo, sin apenas variación, Jaa pasa entonces a ser el quebrantuesos y el rompe tendones. […]
De lo mejorcito que he visto de Jet Li. Ademas de contar bien la historia, las escenas de accion son buenisimas.