Dirección Lasse Hallström
Intérpretes Robert Redford (Einar Gilkyson) Jennifer Lopez (Jean Gilkyson) Morgan Freeman (Mitch Bradley) Josh Lucas (Crane Curtis) Camryn Manheim (Nina)
Guión Mark Spragg Virginia Korus Spragg
Fotografía Oliver Stapleton
Música G. Marq Young
Montaje Andrew Mondshein
Hay proyectos que se sostienen y logran cierta repercusión por la fama de sus intérpretes, como sucede en este caso. En esta historia lo único que se salva son Robert Redford y Morgan Freeman.
Jean (Jennifer López) al sufrir malos tratos de su pareja decide poner tierra de por medio y buscar refugio en casa del padre ( Einar) de su difunto marido. La relación entre Einar y Jane es distante, al culpar Einar a Jane de la muerte de su hijo.
Los parajes de Wyoming (rodados en Canadá) de grandes praderas verdes, ríos y montes son preciosos, en contraste con la destartalada casa en la que viven Mitch y Einar.
Jane piensa estar solo una temporada en casa de su yerno, sólo el tiempo suficiente para ganar algo de dinero y buscarse la vida en otra parte.
Como es de prever el frío y acerado corazón de Einar se humaniza y late de nuevo, cuando tiene delante a su nieta, de la cual desconocía su existencia. El meollo está en ver si la situación entre Einar y Jane se resolverá. La historia es aburrida, lineal, con poca emoción, merced a una Jennifer López que actúa tan mal como es norma en ella. Salvan el pellejo Freeman, capaz de acometer cualquier papel, como en este caso, que hace de lisiado, y Redford, que cada vez se deja menos ver el pelo, y que sorprende verlo en una película mediocre como es ésta.
El tema del Oso de marras que ocupa buena parte de la sustancia argumental, y que parece que está basada en el perdón es de echarse a reír, lo mismo que la ligereza con la que se presenta al maltratador.
Una vida por delante IMDB
[…] Emprende entonces un viaje hacia Nueva Orleans, en dónde vivía la difunta, con la idea de acudir a su entierro. Una vez allá conoce a dos hombres que habitan la casa de su madre, Bobby y Lawson. A los dos les gusta beber y pasan las horas rezongando, sin nada que hacer. La madre antes de morir dejó la casa como herencia a los dos hombres y a Pursy, que decide quedarse una temporada en su compañía. Las reticencias iniciales por parte de Pursy se van limando a medida que se van conociendo mejor los tres ( son varias las películas recientes en las que el eje argumental se estructura sobre un trío, Una vida por delante, Juegos de mujer, Million Dollar Baby), y la tensión inicial ( Booby hará todo lo posible para que Pursy coja la puerta y se marche) deja la puerta abierta al diálogo, a sentimientos de afecto, y por qué no decirlo también al cariño. […]