Nacionalidad Dinamarca-Suecia-Holanda-Francia-Alemania-USA
Dirección Lars Von Trier
Intérpretes Bryce Dallas Howard (Grace)
Isaach de Bankolé (Timothy)
Danny Glover (Wilhelm)
Willem Dafoe (Padre de Grace)
Michael Abiteboul (Thomas)
Guión Lars Von Trier
Fotografía Anthony Dod Mantle
Música Joachim Holbek
Montaje Molly Malene Stensgaard
Lars Von Trier es un director con una mirada propia y muy personal con la que aborda temas interesantes, que es capaz de diseccionar como un cirujano sin que le tiemble el pulso, teniendo muy claro el resultado que pretende obtener. Manderlay es la segunda parte (despúes de la
maravillosa y sugerente Dogville ) de la trilogía que el director Danés esta haciendo sobre los Estados Unidos, eso en teoría, pues los temas que aborda son comunes y extrapolables a cualquier parte del globo terraqueo. El racismo, la intolerancia, la violencia ciega, el fanatismo, el sentimiento de culpa, la traición, la venganza y la condena, no son términos válidos solo para las gentes de los Estados Unidos, sino que afectan la conductas de todos los ciudadanos, habiten donde habiten.
El personaje central sigue siendo Grace, que tras dejar Dogville hecho unos zorros, va a parar a Manderlay, a una plantación de algodón, en una ciudad sureña, en la cual cuando va en el coche con su padre, es reclamada por una chica negra, que solicita ayuda, pues están apaleando un hombre negro, sin motivo.
Grace baja del coche y descubre a un grupo de personas negras que viven como esclavos, bajo el yugo opresor de su ama blanca. Cuando ella llega, la ama muere, y Grace quiere devolver la libertad a esa gente, la cual aún habiendose abolido la esclavitud hace muchos años, siguen viviendo como esclavos entrado el siglo XX, bajo la férula implacable de la ama. Para ello se ayuda del grupo de Gangsters que trabajan para su padre y que se quedan con
ella a fin de que esta pueda imponer el orden y llevar a la práctica sus planes democráticos sin sobresaltos.
Grace trata de devolverles la libertad, y ganarse su confianza, que la vean como una igual, porque cree que es su deber y obligación, porque siente que la opresión a la que han sido sometidos los negros durante siglos, se debe a gente como ella, porque la gente como ella los crearon y ahora ella tiene la posibilidad de enmendar el error, de alguna manera, aunque destinatarios de semejante bondad sean un reducido grupo de personas.
Pero Grace no se ha parado a pensar y así se lo hace saber Wilhelm si ellos quieren la libertad que ella les ofrece, porque nadie se lo ha preguntado, si quizá ellos no prefieran estar sometidos, bajo las reglas de la ama, unas reglas que llevan cumpliendo siempre, llegado Willhelm a cuestionar Grace si ellos quieren y necesitan el cambio, si no se pueden dejar las cosas como estaban antes de su llegada. ( Lars Von Trier ha comparado esta situación con la invasión de Irak por parte de los americanos. Si era lícito intervenir o era mejor dejar la cosas como estaban antes, cuando después de tres años, ahora que Bush tiene las cifras de popularidad más bajas de sus dos mandatos y donde cada día muere más gente, más de treinta mil civiles, y la situación es un caos, que cada vez va a peor, donde no se ha logrado implantar la democracia, ni mucho menos la seguridad en Irak, a veces queda patente que meter las narices en el plato ajeno trae malas consecuencias, y en el caso de Irak una ríada de perdidas humanas)
Al igual que en Dogville los personajes se sitúan sobre una tarima sobre la que se dibujan las casas y todo lo demás, y por lo tanto se exige al espectador que adopte una mirada activa, que imagine las cosas que no se manifiestan, que vayamos más allá de lo aparente para llegar a lo trascendente, por que trascendente es la materia de la que se compone la esencia de esta película, con una voz en off que objetiviza los hechos , en ocho capítulos, y nos explica algunos acontecimientos (como los ardores uterinos de la protagonista, Bryce Dallas Howard, en una interpretación sobresaliente)
En la tercera parte de la trilogía Grace se trasladará a Washington, ardo a lo bonzo, en deseos de verla.
Manderlay IMDB | Página oficial | Dogville
Otros enlaces Entrevista con Lars Von Trier
[…] Dirige Thomas Vinterberg con un guión de Lars Von Trier. Los dos fundaron el movimiento Dogma en 1995, si bien en esta ocasión no se siguen los principios recogidos en dicho movimiento. La acción transcurre en un pueblo minero americano, en el que la población masculina vive de la mina. Dick es un joven que se ve forzado a seguir los pasos de su padre que trabaja en la mina. Finalmente logra zafarse de su destino laboral y su vida toma otro derrotero. Dick convence a otros jóvenes del pueblo (el pueblo es un lugar inhóspito, cerrado, asfixiante, de pocos habitantes, que recuerda a la tarima de Dogvilleo de Manderlay. Un sitio en donde da la impresión de que no hubiera escapatoria), para reunirse y llevar a cabo un movimiento pacifista armado, el Club de los Dandies. La brillante idea le surge a Dick (Jamie Bell), cuando al hacer un regalo, cae en sus manos un revólver de juguete. Luego las conversaciones con otro amigo enamorado de las armas y de sus mecanismos, es lo que le motiva a crear el Club. Como en toda asociación, grupo, comité, se establecen unas normas que se han de respetar. Cada uno de los jóvenes tiene su propia arma, que solo ellos pueden usar. Tampoco pueden usar las armas fuera de su espacio de reunión (en la mina). Las armas no son para hacer uso de ellas, sino para sentirse más seguros cuando las llevan encima, madurar, e incluso poder mirar a la gente a los ojos. Superando esa etapa en la que esos mozalbetes eran unos perdedores. De ese modo los jóvenes viven en un mundo aislado, practican con las armas, discuten sobre la utilidad y fin de cada una de ellas, ven videos sobre el efecto de las balas cuando perforan el cuerpo humano, etc. La película es lo suficientemente clara como para dejar de manifiesto el gran absurdo que supone el uso de las armas de fuego, las muertes (evitables) que generan, y cómo además de no servir para nada, más que para hacer el mal, suponga que unos jóvenes bastante ingenuos, alberguen la esperanza de que a través de su manejo van a ser mejores y más seguros, aunque como luego se verá, cuando hay armas por medio, y unos jóvenes con poco que perder, y bastante temerarios, se puede armar la de San Quintín. […]